Le grite a esa noche eterna que ahora se repliega dentro de ella misma consigo misma y derrotada dentro de ella misma se retira ahora a descansar.
¡Buenos días!
Le grite a esta mañana que despierta perezosa y perezosa como ella sola ganduleando se despierta dando vueltas y arropada entre dulces sabanas de etérea duermevela.
¡Buenos días!
Le grito al Mundo entero, para que se entere todo el mundo que los días con sus noches y las noches con sus días se funden dentro de este sueño en sus interminables encuentros.
Me despierto de este sueño sacudiendo esta pereza, doy un brinco y me levanto dejando hechos mil añicos con retazos de arañazos este sueño que descansa todavía entre nubes sobre mi almohada, colándose en un pensamiento, arrojando en mil pedazos destellos de mosaicos que me alcanzan y se clavan en mis carnes, haciéndome recordar fragmentos sueltos de este sueño que vivo mientras duermo y sueño cuando despierto.
De día y por la noche, al Alba y en el Ocaso el aliento de quimeras se funden en este juramento dentro de este sueño eterno y dentro de mis pensamientos.
Abrace con un recuerdo la imagen de este sueño etéreo que se rompe en el silencio Cósmico y traspasa el Universo entero.
Descifre en un mensaje el recuerdo de aquel sueño que acudía a mi memoria en cachitos y troceado cuando aquel día yo dormía y desperté, desperezándome de aquel sueño fue entonces cuando recordé que yo despierta soñaba y mis sueños vivía mientras dormía.
Y aquí acaba este sueño metido dentro de este cuento y mientras este cuento escribo este sueño lo vivo desde muy dentro.
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