viernes, 15 de mayo de 2009

AQUEL VIEJO FARO

En esta noche olvidada en el tiempo voy a mostrarte el secreto que se esconde tras aquel viejo faro que incansable e imperturbablemente me coge en volandas, juega conmigo y me hace temblar.
Allí, en la lejanía de esta olvidada noche perdida en el tiempo, cuando las estrellas son aun imperceptibles y los silbidos del viento crujen con fuerza arrolladora los barcos de marineros y piratas, de navegantes y aventureros, de exploradores y polizones, dejando a la deriva y varados en arrecifes y acantilados, en playas olvidadas en el tiempo y en imaginaciones de escritores aventureros, veleros, goletas y galeones, barcos piratas y barcazas de pescadores, entonces, entre tesoros enterrados y mapas encriptados en jeroglíficos indescifrables encuentro la estela difuminada y parpadeante de aquel faro que en aquella remota noche es guía de constelaciones que navegan incansables por los sentidos del corazón.
No me he dado cuenta aun, pero por entre la claraboya que asoma entre los sonidos de canciones y melodías inventadas de sirenas fascinadas por poseer entre sus labios los labios de cualquier mortal, estos entonces, hechizados quedaran con solo oírlas cantar.
¡Que fantasía la tuya! que te tome de las manos, te sumerja entre mis brazos, arrastrarte entre las olas, perderte entre melodías inventadas que brotan de mi boca, desnudar ese cuerpo de sirena encandilada y poseer tu alma mas allá del espíritu que me une a este cuerpo de mortal que como hielo a un imán quema los sentidos y engrandecen la razón.
Voy surcando mares y navegando al viento, soñando aventuras e imaginando sueños y entre la vía láctea de tanta estrella otro día mas amanece en el promontorio eterno de aquel viejo faro que guía en la noche mi barco y me promete acción.