jueves, 1 de enero de 2009

EL PASO DEL TIEMPO

Con la mochila al hombro y las zapatillas rotas de tanto caminar retorne por el viejo sendero, el sendero de siempre, camino al hogar.

Un viejo Roble me dio la bienvenida extendiendo sus largos brazos abotargados, inertes, hasta tocar mi cuerpo con salvaje fragancia de sabia libertad.

Me senté debajo de aquel viejo Roble dejando que un pensamiento con sentimiento de mujer se elevase hasta cotas muy lejanas, distraída, melancólica, pensativa, dejándome llevar por cálidas aromas de sutil fragancia, por poesías inventadas que de vez en cuando cruzaban mi pensamiento como una Estrella fugaz que la miras sin haberla visto, todo mi cuerpo divagaba por espacios abiertos, por melodías inventadas, por la cálida brisa con aromas de mujer.

Si, aquel viejo sendero, el sendero de siempre, trajo a mi memoria el duro y cruel aprendizaje de los años de juventud, que complicado puede ser el mundo cuando no se sabe entender, si un día tu, todo lo ves del derecho al revés al siguiente y sin saber muy bien porque un revés te retendrá y retrocederás mil y una vez con la cabeza puesta del revés, te enredaras y enredaras, ¡seguro!, mas de una vez y así tu seguirás hasta que te sepas desenredar, girando y girando entonces tu ya estarás en una vida hecha solo para ti, mas entonces tu ya sabrás que una experiencia vivió aunque no se sabe muy bien si al derecho o al revés, mas si el aprendizaje de la vida es una experiencia como tal déjate de experimentos pues seguro que ahora mismo tu ya la experimentaras aunque nunca aciertes a adivinar si giras al derecho o al revés.

Una sonrisa se escapo de entre las profundidades de mis labios bañando en silencio la brisa del Mar, entremezclándose, confundiéndose entre la espesura de un paisaje imaginario, inexistente, majestuosidad de paisaje, sonrisa con sabor a risa, vida hecha solo para ti, viejo sendero con sensaciones de experiencias acumuladas en el transcurrir de un tiempo que jamás fue tiempo, viejo beso con sabor a caramelo, rayo de sol de oro viejo, viaja luna de plata incandescente, viejo caballero andante vieja dama errante, viejo libro, vieja canción.

Quisiste endulzar la vida mágica sed de caramelo envenenado, profundo sueño que veloz corres por mi mente, aturdimiento total y sereno, palabras encadenadas a unos labios olvidados, despedida sin principio y con final, música inexistente que brota de algún lugar, capricho de mujer serena, dulce brisa con aroma de mujer.

Viejo sendero como la vida misma cargado de experiencias de mujer, viejo Roble, viejo Mar.

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